miércoles, 14 de marzo de 2018

¡PERO QUÉ DESORDEN ES ESTE!


Padre, abuelos y niños por los pasillos, entrando y saliendo de las aulas como Pedro por su casa y además los profes y el resto de personal del centro, cuando pasan a su lado, los sonríen con afecto. ¿Alguien me pueden explicar qué desorden de colegio es este?

Pues este desorden es una actuación educativa de éxito, de las que se desarrollan en el centro, que se llama lecturas acompañadas:

Personalmente, es la actuación a la que más cariño tengo. Fue la primera vez que tuve la oportunidad de entrar en un aula a ser coprotagonista del aprendizaje de los peques y de compartir ese espacio y ese momento con ellos y fue una experiencia preciosa. Este año repito, con los de 5 años también: están en ese momento, que a mí me parece casi mágico, en el que todas esas letras aprendidas casi sin querer, se empiezan a unir y a cobrar un significado.

Me recibió una maestra excepcional que me explicó cómo funcionaba, me contagió su entusiasmo, me quitó el miedo y me transmitió la gran importancia que tenía la actividad que iba a empezar a desarrollar con mis chicos.

El funcionamiento es muy simple: semanalmente se realiza una sesión de lectura. Dos voluntarios los esperamos en unas mesitas fuera del aula y todos los niños del grupo van saliendo a leer durante un corto periodo de tiempo, para todos el mismo y reciben a cambio nuestra eterna gratitud por habernos hecho disfrutar, durante su tiempo, de una gran lectura.

Es un refuerzo lector que pretende acelerar o afianzar el proceso y mejorar las destrezas relacionadas con la lectura en voz alta, la compresión... Pero con el añadido de que lo realizan todos, independientemente del nivel de desarrollo lector que tengan. Ya se encargará la profe de indicarnos de qué manera ayudar a qué niño para que todos consigan el objetivo común.

Así, la motivación de los niños hacia la lectura se dispara. Todos están locos por salir a leer. Es su momento, el de cada uno de ellos, porque además ninguno arrastra sobre su espalda el estigma, más clásico, de que solo salen a leer los que van peor.

Genera una relación más amble con la lectura, experimentan el placer de poder, del saberse capaces, lo que aumenta la confianza en sí mismos y a su vez una mejora en la habilidad lectora. Además se valora en cada uno de ellos el recorrido que ha realizado.

Se percibe claramente cómo evolucionan y la satisfacción que les proporciona el lograrlo. A la semana siguiente salen con más entusiasmo todavía porque quieren demostrarte y demostrarse lo que han avanzado.

A título personal, me emociona mucho poder acompañar este proceso de adquisición de la destreza lectora y más aún cuando va unido al cariño de sus protagonistas. ¡Gracias compis!

Hasta pronto

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